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SKIPER: Descubre al robot submarino que explorará la Antártica

En un nuevo capítulo de nuestra sección Ciencia Hecha en Chile, la meteoróloga Laura Batista conversó con los alumnos de la Universidad Adolfo Ibáñez que lideran un proyecto que tiene como objetivo crear un robot que busca explorar el ecosistema de la Antártica.

Se trata de SKIPER, un robot submarino con forma de mantarraya que permitirá explorar el ecosistema de las profundidades de la Antártica. En este proyecto participan cuatro estudiantes de distintas áreas de ingeniería; Natalia Wensioe, Nicomedes Pommier, Benjamín Loubies y Nicole Castro, quienes se adjudicaron al Fondo Inicia Sostenible de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO).

La idea surge de la necesidad de explorar el ecosistema submarino, principalmente porque la Antártica es una especie de termómetro del cambio climático y también un punto clave en el mundo como regulador del clima.

“Todo partió con una investigación que hizo Natalia el primer semestre del año pasado, en la que investigó lo que era el ecosistema antártico y eso derivó en el segundo semestre a una investigación grupal en la que estuvimos investigando y prototipando este robot”, comenta el estudiante de ingeniería en diseño y comercial, Benjamín Loubies.

El objetivo de este proyecto es ser el primer dispositivo no invasivo que pueda recopilar la mayor cantidad de datos, como la biodiversidad, temperatura, presión y distintas corrientes, para diferentes científicos de diversos rubros.

“Ideamos este robot en forma de mantarraya para que pueda explorar y no ser, al mismo tiempo, invasivo para que pueda captar la mayor cantidad de información posible”, detalla Natalia Wensioe, estudiante de ingeniería mecánica.

¿De qué está hecho y por qué una mantarraya?

El funcionamiento consiste en un sistema de cuerdas con unos motores, cuyo movimiento imita al vertical de la mantarraya para que se pueda mover por las aguas en un futuro.

Se espera que el resultado final de este proyecto se componga por materiales con polímeros de bajo impacto ambiental, puesto que así si el robot se pierde o tiene alguna falla, no impacta negativamente en el ecosistema. En esta fase están en búsqueda de polímeros que tengan resistencias parecidas al prototipo y que puedan resistir las condiciones de la Antártica, destaca Nicomedes Pommier.

Por otro lado, para los estudiantes es esencial que este proyecto tenga un diseño biomimético que simule la naturaleza. Nicole Castro, estudiante de bioingeniería, comenta que lo especial de esta especie es que tiene una forma de desplazarse que es hidrodinámica, lo que va acorde a la necesidad de generar la menor resistencia posible en el territorio hostil.

“Además de eso, en la Antártica no hay mantarrayas, entonces nos evitamos el tema de que un depredador, que podría confundirlo con una especie real”, agrega Nicole.

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