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Chile genera 20 Torres Eiffel de basura electrónica al año

Las cifras son preocupantes. En el contexto nacional nos hacemos cargo de menos del 4% de la basura electrónica que producimos al año. Esto, a pesar de que es el tipo de desecho que está creciendo más rápido a nivel mundial, según nos explica Florencia Delgado, jefa de proyectos del área de sustentabilidad de la Fundación Chile, dedicada a impulsar el desarrollo sostenible en nuestro país.

La experta señaló, en nuestro programa Cambio de Grado, que en Chile se producen 200 mil toneladas de basura electrónica al año, lo que equivale a 20 torres Eiffel. De esta cifra, sólo se está reciclando cerca del 3,5%, que es menos de una de las construcciones señaladas. 

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¿Cómo se recicla la tecnología?

A nivel nacional, hay muy pocos puntos de recolección de residuos electrónicos, a lo cual se suma la pequeña cantidad de plantas de reciclaje de este tipo de basura. La poca chatarra que llega a uno de estos centros pasa por un proceso de pretratamiento, es decir, el desensamblaje de las piezas para su posterior venta en el mercado nacional o exportación.

En Chile sólo una empresa se dedica a crear lingotes de metal en base a los desperdicios, lo que se consideraría el verdadero reciclaje en esta industria. Se trata de Midas, la autodenominada primera empresa de reciclaje  de residuos electrónicos del mundo con 100% de energía compensada con paneles fotovoltaicos.

¿Qué pasa con la IA?

La Inteligencia Artificial se sustenta en general de grandes servidores con enormes bases de datos, que normalmente funcionan las 24 horas. Estos centros de información tienen un enorme impacto ambiental dado el consumo de agua necesario para conservar la temperatura requerida por los aparatos, además de la gran huella de carbono causada por su consumo energético constante.

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En cuanto a la producción de chatarra, esta industria preocupa por la duración de los dispositivos que se utilizan para su funcionamiento, que tienen una vida útil de entre 3 a 5 años, aproximadamente. Esto implica una alta tasa de recambio de componentes, lo que aporta en gran medida al crecimiento de los desechos electrónicos. Se proyecta que en la próxima década esta arista de la tecnología podría generar cerca de 5 toneladas de este tipo de basura.

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