La enorme marea de botellas, vasos y embalajes de plásticos que cubre una playa turística de Bali
- Por AFP
La paradisíaca isla indonesia de Bali se enfrenta a una marea de residuos plásticos, un problema que ocurre cada año provocado por el monzón y que causa estupor entre los turistas.
Indonesia tiene un inmenso problema de contaminación del mar y es uno de los países que emite más desechos plásticos y marinos.
¿Dónde está la marea de basura?
La semana pasada, la playa de Kedonganan, en la zona turística de Kuta, se cubrió de botellas, vasos y embalajes, arrastrados desde las ciudades indonesias por los vientos de los monzones y las lluvias.
"Pido a todos los indonesios que no tiren basura en terrenos baldíos, acantilados y ríos, ya que terminarán en el mar y llegarán a nuestras hermosas playas", explica a la AFP Anak Agung Dalem, un responsable de la agencia local de medioambiente.
Casi 300 trabajadores y seis excavadoras fueron movilizados para limpiar la playa con la ayuda de una oenegé local, detalla.
Una visión siniestra que indigna a algunos turistas, un sector del que depende gran parte de la economía de Bali.
"Vine porque escuché que es un lugar muy lindo, pero lo que veo es todo este plástico. Es un desastre", lamenta el turista francés Denis Le Merre, procedente de Australia.
"Creo que nunca volveré", advierte.
Cerca de las excavadoras, algunos habitantes recogen basura que esperan vender por unos pocos dólares.
Fenómeno anual
Cada año, lluvias torrenciales arrastran montañas de residuos plásticos de las ciudades y ríos indonesios hacia el océano, algunos de los cuales pueden terminar su camino, a varios cientos de kilómetros de su lugar de partida, en las playas de Bali.
Estas marejadas son un fenómeno que "se repite", tanto en la playa de Kedonganan como en otras, cada año debido a las precipitaciones y los vientos de los monzones entre los meses de noviembre y marzo, según Anak Agung Dalem.
Indonesia, un archipiélago de más de 17.000 islas, se comprometió a reducir los residuos plásticos en el mar en 70% para 2025.
Pero a pesar de las promesas, los turistas no esconden su frustración.
"Es horrible. Muchos no vienen a Bali justamente por la basura", estima Danil Kovalev, un ruso que visitó tres veces la isla.
Los residentes, aunque preocupados por el problema de los residuos, están seguros de que la belleza de Bali, que atrae a millones de visitantes cada año, prevalecerá.
"Si se retiran los residuos, este lugar se verá mejor y vendrá más gente", afirma Paulina Kaka, una vecina de Kedonganan.
"Los residuos que llegaron al mar vienen de todas las regiones. Tomará tiempo pero lo vamos a limpiar", insiste Anak Agung Dalem, pidiendo paciencia a los turistas.
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