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Radiografía a los volcanes de Chile: Monitoreo, riesgos y efectos del cambio climático

En un nuevo capítulo de Cambio de Grado, la meteoróloga de Megatiempo, Laura Batista, conversó con Felipe Aguilera, Doctor en Ciencias, mención Geología, licenciado y geólogo de la Universidad Católica del Norte, acerca de los volcanes de nuestro país, su monitoreo y cómo el cambio climático les podría estar afectando.

Chile, tierra de volcanes

¿Sabías que en nuestro país hay más de 2 mil volcanes? De ellos, solamente 14 se incluyen en el ranking de los volcanes activos de mayor riesgo específico. Mientras que 90 se consideran potencialmente activos, es decir, eventualmente podrían pasar a esa categoría, según nuevos estudios y/o antecedentes.

Para que un volcán sea considerado activo debe mostrar signos de movimiento interno o haber tenido alguna erupción en los últimos 10 mil años. Si bien puede parecer mucho tiempo, en el ciclo geológico no lo es.

Para Aguilera, tal escala no es suficiente, ya que “hay volcanes que pasado hasta un millón de años están listos para poder hacer erupción en algún momento, ese estándar falla un poco”. Como ejemplifica, el volcán Ollagüe pese a haber tenido su última erupción hace 100 mil años atrás, es activo debido a sus fumarolas

¿Se puede saber cuándo ocurrirá una erupción?

Tal como señala el académico, a diferencia de los sismos, los volcanes no siguen un patrón establecido y dependiendo de su estructura interna pueden ser muy distintos entre sí. Por tanto, resulta imposible predecir una erupción.

Pese a esto, el monitoreo de su actividad interna permite hacer una proyección futura en que pueda tener lugar una explosión, para lo que se requiere de una instrumentación especializada que permita monitorear su actividad sísmica y detectar eventuales movimientos de fluidos y/o fractura de rocas.

¿Cómo podría afectar el cambio climático a los volcanes?

Con el cambio climático no tan solo se podría estar viendo perjudicada la actividad glaciar, sino también la de los volcanes.

Específicamente la de aquellos cráteres que se encuentran debajo de zonas que enfrentan derretimientos de hielo, lo que tendría como consecuencia una disminución de su carga que eventualmente permitiría que el magma de aquellos volcanes comience a subir y se expulse. Pese a esto, el experto reconoce que aún falta capturar una mayor cantidad de evidencia en esta materia.